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Mostrando entradas de julio, 2009

Ganas de decir que te quiero en lugares públicos

Vamos a pasar de las metáforas. Tengo ganas de decir que te quiero en un lugar público. No hace falta que te lo diga a ti, directamente, ya estás cansada de oírlo. Quiero decírselo, quizá, a la más tímida de tus amigas mientras tú te levantas para ir al baño, que ni siquiera te des la vuelta para ver sus labios abiertos en o, y que simplemente al mirarte en el espejo de después, de después de después, descubras que he recorrido la distancia de la mesa hasta el desorden de tus mejillas. Quizá se lo cuente al farmacéutico cuando, impaciente, esperas en el coche pintándote los labios para disimular que él mire por encima de mi hombro y luego por debajo de mi brazo y luego cierre para venirse corriendo detrás de nosotros con su cargamento de pastillas para la tos de después de después y sus antigripales y una pancarta que diga que te quiero, fabricada, como hacen los secuestradores malos, con los recortes de los titulares del Hola que roba en el kiosko de al lado. Quiero gritarlo en la bib...
Eres mi hotel de una estrella: una vez dentro de ti sólo quiero cerrar la habitación con llave.

Capricho

Que escribas un día de estos pimientos rellenos, y te observe desde el salón con la cebolla a lágrima suelta. Un sábado mediodía cualquiera, que pongas primero a flotar en una sartén las canciones que son nuestras canciones para hacer el amor, y así se vaya calentando el aceite. Que mientras tanto te embarques las manos de blanco tinta para recibir la masa, y que de tan simple que suenan jamón y queso philadelphia juguemos al seudónimo, como los escritores de éxito, y los renombremos diafragma y secreter. Que luego, con las canciones acercándose a la ebullición, garabatees un bol ancho del estante de arriba y mezcles en él las raíces de mis palabras, contenidas en el diafragma, y el punto justo de mis secretos, que se guardaban hasta que llegaste en el mueble que no hace más que buscarlos con el nombre. Que antes de freír en nuestro estribillo favorito, me abraces, rojo, fuerte las letras, los secretos y todo lo demás, y ya juntos pimientos rellenos que pasar por la sartén. Bajar el fu...